Héroes Patriotas Falconianos

 

Héroes Patriotas Falconianos:

·         Juan Crisóstomo Falcón:

Juan Crisóstomo Falcón y Zavarce (Jadacaquiva, estado Falcón, Venezuela, 27 de enero de 1820 - Fort-de-France, Martinica, 29 de abril de 1870) fue un militar y político venezolano, que ejerció la Presidencia de los Estados Unidos de Venezuela entre 1863 y 1868. Junto a Ezequiel Zamora, el Mariscal Juan Crisóstomo Falcón lideró a los federalistas durante la Guerra Federal.

Hijo de Josefa Zavarce y José Ildefonso Falcón en el Hato de Tabe, cerca de Jadacaquiva, estudió en el Colegio Nacional de Coro.

En 1848 ingresó al Ejército, participando en la defensa del gobierno de José Tadeo Monagas contra la revolución liderada por José Antonio Páez; al año siguiente fue nombrado comandante de armas de Maracaibo. En 1853 fue ascendido al grado de general y enfrentó a la revolución del coronel Juan Garcés en la península de Paraguaná, derrotándola en las batallas de La Salineta y Coduto. A continuación se trasladó a la provincia de Barquisimeto, para enfrentarse a otro jefe revolucionario, el general Juan Bautista Rodríguez, avanzando hacia Siquisique y Carora y capturando al general Clemente Fonseca, aliado de Rodríguez. En 1857 fue designado Jefe de Armas de la provincia de Barquisimeto y ascendido al cargo de General de División.

Juan C. Falcón se exilia en las islas de Bonaire y Curazao en 1858.

Al triunfar la Revolución de Marzo se sanciona una nueva constitución el 31 de diciembre de 1858, y el 4 de enero de 1859 Julián Castro fue designado presidente interino hasta las próximas elecciones.

No obstante, la situación de aparente tranquilidad fue alterada por el estallido de la Guerra Federal en Coro (20 de febrero de 1859). Mientras tanto Juan C. Falcón regresa en una exitosa invasión a Venezuela, que comienza en marzo de 1859 con el desembarco de Ezequiel Zamora en la Vela de Coro y culmina con su desembarco en Palma Sola el 24 de julio.5 Ante tales circunstancias, Castro, apoyado por grupos «oligárquicos», realizó una serie de maniobras políticas destinadas a mantenerlo en el poder directa o indirectamente.

Como consecuencia de la ambigua actitud de Castro ante los factores de poder (liberales y conservadores), los grupos conservadores optaron por derrocarlo el 1 de agosto de 1859, siendo sustituido por Pedro Gual.[cita requerida]

Tras la muerte del general Zamora en el sitio de San Carlos, Falcón y el general Manuel Ezequiel Bruzual (llamado el “Soldado sin miedo”) asumen la dirección militar de las fuerzas rebeldes federales.

En la Batalla de Coplé librada el 17 de febrero de 1860, el general Falcón fue derrotado por los conservadores del general León de Febres Cordero. Fue junto a la previa Batalla de Santa Inés (9-10 de diciembre de 1859), el otro gran enfrentamiento de la Guerra Federal de Venezuela.

La batalla pudo terminar siendo la derrota definitiva de la rebelión federal, pero en cambio terminó siendo decisiva para el transcurso de la guerra, ya que los liberales se vieron obligados a pasar de una fase de enfrentamiento regular a una guerra de guerrillas que a la larga los llevó a la victoria.

El 17 de junio de 1863 Falcón es designado presidente provisional de la República por la Asamblea Constituyente de La Victoria. El 18 de agosto de ese mismo año firma el llamado Decreto de Garantías orientado a establecer los derechos del ciudadano, acabar con los odios políticos y afianzar la paz en el país. Eliminó la pena de muerte, la prisión por deudas y estableció la libertad de prensa, el libre tránsito y el voto universal para los Poderes Ejecutivo y Legislativo. También se decretó la construcción de obras públicas y caminos. Bajo la vigencia de la nueva Constitución venezolana de 1864, en octubre es elegido Presidente Constitucional de Venezuela siendo sucesor de José Antonio Páez y ratificado como tal por el Congreso el 18 de junio de 1865-89 Falcón debió enfrentar una fuerte disidencia desde su propio movimiento, que empezó a armarse tras la renuncia pública del Ministro de Guerra y Marina Manuel Ezequiel Bruzual, y durante más de tres años acumuló líderes políticos y militares en sus filas, muchos de ellos muy favorecidos por el gobierno. Los primeros alzamientos, que tuvieron un nivel regional, fueron rápidamente reprimidos por el gobierno. Debe tenerse en cuenta que el ejército central sumaba apenas 3.000 regulares en 1866, muy pequeño para derrotar a las fuerzas de los caudillos regionales.

Sin embargo, debido a la cada vez más represiva administración central, los grupos de insurrectos empezaron a expandirse por todo el país en 1867, principalmente tras el encarcelamiento del general Manuel Ezequiel Bruzual. Ello llevó a una alianza entre liberales y conservadores para ganar fuerzas como oposición.

Su presidencia estuvo signada tanto por su frágil salud como por su debilidad política.

Fue derrocado en 1868, se exilia de nuevo, esta vez en Europa para emprender su regreso en 1870, justo cuando la muerte le sorprende.

Su última exhalación tuvo lugar en el hotel Toulouse en Martinica, aquejado de un cáncer de laringe, y actualmente sus restos mortales reposan en el Panteón Nacional.

·         José Leonardo Chirinos:

José Leonardo Chirino (Curimagua, Falcón, 25 de abril de 1754-Caracas, 10 de diciembre de 1796) fue un zambo venezolano que lideró una fallida insurrección en busca del establecimiento de la república en el país y la abolición de la esclavitud. Aunque fue un hecho de carácter local, un levantamiento que obedeció a una situación específica, propia de las condiciones sociales generadas por la esclavitud, tuvo inspiración en las insurrecciones de negros africanos que tenían lugar en Saint Domingue y también en la Revolución francesa. El movimiento no se propagó más allá de una parte del occidente del país, pero logró provocar una seria alteración del orden colonial en Venezuela.

José Leonardo Chirino fue hijo único de una indígena libre y de un negro esclavo perteneciente a una familia criolla de apellido Chirino; es entonces, un zambo libre. Se casó con una esclava llamada María de los Dolores con quien tuvo 3 hijos: María Viviana, Rafael María y José Hilario. José Tellería, rico comerciante y síndico procurador de Coro, solía realizar viajes de negocios a las Antillas, y en más de una ocasión Chirino se embarca como acompañante. Parece que es en el territorio del actual Haití, donde el zambo establece un más intenso contacto con las ideas y la práctica revolucionaria que tuvieron su epicentro en Francia; la noticia del momento son los levantamientos de esclavos liderados por Toussaint-Louverture y las tendencias republicanas que pugnan por imponerse sobre el régimen colonial.

José Tellería se entera de tales convulsiones y la cuestión le preocupa, Chirino también está al tanto, pero esto, en lugar de preocuparlo, lo estimula: eso de libertad e igualdad tenía que estimular a alguien que jamás ha visto un movimiento similar en Tierra Firme.1 Asimismo, estableció contacto con el proceso que se vivía en Haití donde los negros esclavos se habían levantado contra los blancos y estaban luchando con éxito para obtener su libertad. De regreso a Venezuela se incorporó a un grupo de conjurados que se reunían en el trapiche de la hacienda Macanillas (Curimagua, Edo. Falcón), entre los que se encontraba José Caridad González, un negro congolés muy informado de las ideas de la Revolución francesa.

Todo esto le sirvió a Chirino para encabezar el 10 de mayo de 1795 un movimiento armado desde la mencionada hacienda. Tras el fracaso de esta insurrección, Chirino fue perseguido y hecho preso por traición de un amigo en agosto del mismo año. La Real Audiencia de Caracas lo condenó a la horca y una vez ejecutada la sentencia el cuerpo de Chirino fue descuartizado el 10 de diciembre de 1796.

Este levantamiento escenificado en la serranía de Coro por un conjunto de esclavos e indígenas tuvo por objeto la abolición de los esclavos y la supresión de los numerosos impuestos, así como el establecimiento de un régimen inspirado en el haitiano (la Asamblea Nacional francesa había otorgado la ciudadanía a los hombres libres de color en 1792).

Distintas causas dieron origen a este movimiento. La variable condición en que se encontraban los negros, que eran unos libres y otros esclavos; la de los indios, que eran respecto a los tributos, unos exentos y otros demorados (la demora era la obligación de trabajar en las minas 8 meses al año). En el trato de los unos con los otros, tanto los negros esclavos como los indios “demorados” se daban cuenta de lo injusto de su situación. Así estaban las cosas cuando circuló el rumor de que el Rey de España Carlos III había acordado flexibilizar el régimen de la esclavitud; se decía que la cédula que esto ordenaba habría llegado a Venezuela, pero las autoridades coloniales y especialmente el Cabildo de Caracas se oponían a darle cumplimiento, por ser atentatoria a los derechos de los propietarios.4Este rumor fue dispersado desde 1770 por un africano conocido como Cocofio. Después de su muerte en 1792, esta constante insistencia sobre la libertad de los esclavizados fue retomada y reactivada por los cimarrones africanos procedentes de las colonias holandesas, francesas e inglesas. Varios centenares de estos cimarrones que se fugaron de las colonias extranjeras se refugiaron en la región de Coro, donde existían diferentes vías que abrían el paso a los esclavizados africanos insulares que se liberaron.

La idea de implantar lo que entonces era conocido como "La Ley de los Franceses", que no es otra cosa que la República, el legado fundamental de la Revolución Francesa, va ganando adeptos entre los negros esclavos y libres, zambos, indios y mestizos. Pero el detonante decisivo de las convulsiones de 1795 es de orden más pragmático, más doméstico. Por esos días ejerce funciones de recaudador de rentas Juan Manuel Iturbe, a quien suele pasársele la mano a la hora del rigor y los castigos, y es contra esa situación en particular, que humilla y enardece a los labradores, que Chirino se levanta en armas. La otra figura descollante de la rebelión es el negro José Caridad González, un hombre culto y defensor de los derechos de los esclavos.

El 10 de mayo de 1795, Chirino en compañía de José Caridad González, gestan y comienza a expandirse en la mencionada hacienda de Macanillas, cerca del Valle Curimagua; los alzados buscan tomar algunas propiedades de la zona, con la idea de incorporar hombres a la revuelta antes de llegar a Coro, como lo hacen en efecto bajo el mando de Juan Cristóbal Acosta, pues Chirino se queda para organizar otro grupo.

Los insurgentes proclamaron abiertamente sus objetivos:

La aplicación de la “Ley Francesa”, significando el establecimiento de una república democrática;

La libertad de los africanos esclavizados y la abolición de la esclavitud;

La supresión de tributos pagados por los indígenas (demora) y los impuestos como la “alcabala”;

La eliminación de la aristocracia blanca.

El dominio ejercido por la sociedad criolla en las regiones tomadas por los alzados entra en crisis; en las haciendas que caen en poder de estos se impone la supresión de la esclavitud, la eliminación de los privilegios y de los impuestos de alcabala.

La idea inicial de llegar a Coro sufre un primer contratiempo luego de los éxitos iniciales, ya que los alzados deciden permanecer en las zonas tomadas. En el entretiempo, la sociedad criolla tiene oportunidad de organizarse y de conseguir refuerzos, enteradas las autoridades de que las armas que en el llano, al sur de Coro, tomaron posiciones; llevaban, además de otras armas de fuego, 2 cañones pedreros. Cuando los negros acometieron desordenadamente, sus columnas fueron destrozadas. En la corta refriega murieron 25 negros y quedaron 24 heridos.

Este movimiento, de hondas raíces sociales, llamó la atención de las autoridades coloniales sobre las diferencias existentes y las injusticias, particularmente en lo tocante al cobro de impuestos a las clases humildes. Aunque fracasó, no fue estéril, porque a la postre se redujeron los impuestos y se cobraron con sentido más humano.7Además esta insurrección es considerada por los historiadores como el primer movimiento preindependentista de Venezuela, que abrió el paso para los movimientos de José María España y Manuel Gual, Francisco de Miranda y hasta para el de Simón Bolívar.

José Leonardo Chirino no llegó a tiempo para participar en el combate, al saber la derrota se internó en la serranía, trata de reorganizarse. Escribe al cacique y a los indios de Pecaya, pidiéndoles incorporación a la lucha y prometiéndoles que no pagarían demora; esto es, un tributo especial de los indígenas y que ahora se les cobraba en dinero en efectivo. Sin embargo, tres meses después la traición de un antiguo compañero facilita su captura y es trasladado hacia Caracas, donde la Real Audiencia lo condena a muerte por delito de subversión. Se le condena «a muerte de horca que se ejecutará en la plaza principal de esta capital adonde será arrastrado desde la Cárcel Real, y verificada su muerte, se le cortará la cabeza y las manos y se pondrá aquella en una jaula de fierro sobre un palo de veinte pies de largo en el camino que sale de esta misma ciudad para Coro y para los Valles de Aragua, y las manos serán remitidas a esa misma ciudad de Coro para que una de ellas se clave en un palo de la propia altura y se fije en la inmediación de la aduana llamada de Caujarao, camino de Curimagua, y la otra en los propios términos en la altura de la sierra».

Su hija Viviana fue vendida por 200 pesos y a sus dos hijos los vendieron por 120 y 150 pesos respectivamente. Y como última medida se incluye en el escudo de la ciudad de Coro las tres cabezas degolladas y sangrantes de José Leonardo y sus lugartenientes, como pública advertencia a quienes tuvieran pensado levantarse contra Dios y el Rey.

La condena es realizada conforme a la tradición colonial y en concordancia con los agravios infligidos por el alzado a los sectores dominantes. El 10 de diciembre de 1796, Chirino es inmolado en la horca, en plaza pública y su cuerpo fue descuartizado y colocadas sus partes en distintos lugares.

El movimiento encabezado por Chirino y José Caridad González, fue una insurrección que impactó política, social y económicamente a la sociedad colonial venezolana. El legado de Chirino y de otros afrodescendientes, como José Joaquín Veroes, Gerónimo Guacamaya, José Tomás León, Leonardo Infante, Francisca Paula Aguado, Hipólita Bolívar, Marta Cumbale, José Ascensión Farreras, Inés María Páez; Matea Bolívar y Pedro Camejo en diferentes tiempos contribuyeron con la independencia, consolidación de la libertad y soberanía en Venezuela.

Con el objeto de cumplirse en 1995, 200 años de la rebelión liderada por Chirino, el Ejecutivo Nacional, el Congreso de la República y diversas instituciones culturales del país, acordaron homenajear al luchador social. Entre los actos conmemorativos, se develó una placa en el Panteón Nacional, el 10 de mayo de 1995, con lo cual quedó reconocida oficialmente su presencia al lado de los otros próceres venezolanos.

En el 2005 fue decretado el 10 de mayo como "Día de la Afrovenezolanidad",por el entonces presidente de la Asamblea Nacional, Nicolás Maduro, para conmemorar 210 años de la rebelión de Leonardo Chirino en la Sierra de Coro.

El 10 de mayo de 2015 se develó una placa del héroe en la plaza Bolívar de Caracas en el mismo sitio donde Chirino fue ejecutado el 10 de diciembre de 1796.

El aeropuerto de Coro lleva su nombre, así como el 421 Batallón de Infantería Paracaidista de la Fuerza Armada Bolivariana de Venezuela.



José Leonardo Chirinos - Incluido en el Cono Monetario Venezolano (2008 - 2018)

·         Josefa Camejo:

Josefa Venancia de la Encarnación Camejo (Paraguaná, estado Falcón, Venezuela, 18 de mayo de 1791-5 de julio de 1862), también conocida como La Camejo y Doña Ignacia, fue una de las líderes que luchó, como otras mujeres de la época, en la guerra de independencia de Venezuela apoyando la causa patriótica.

Hija de Miguel Camejo y de Sebastiana Talavera y Garcés,4 sus padres eran los propietarios del fundo en el que vivía, Aguaque, ubicado en la península de Paraguaná.

Josefa Camejo asistió a la escuela en la ciudad de Coro y después fue enviada por sus padres a Caracas a proseguir sus estudios. Allí conoció los inicios de la independencia de Venezuela, que se produjeron el 19 de abril de 1810.

En 1811, con 20 años de edad, se traslada a vivir junto con su madre a Barinas donde las esperaba su tío monseñor Mariano de Talavera y Garcés, que fue secretario de la Junta Patriótica de Mérida y que tuvo gran influencia en la educación de su sobrina.

Ante la ofensiva de los realistas, y alentada por su tío, Josefa Camejo reunió a un numeroso grupo de mujeres que querían participar en la lucha armada, y solicitaron al gobernador de la Provincia, Pedro Briceño del Pumar, que se contase con ellas para la lucha, asegurándole que:

«El sexo femenino, Señor Gobernador, no teme los horrores de la guerra, antes bien, el estallido del cañón no hará más que alentar, su fuego encenderá el deseo de libertad, que sostendrá a toda costa en obsequio del suelo patrio […]»

En 1813 contrajo matrimonio con Juan Nepomuceno Briceño Méndez, debió refugiarse del avance de los realistas trasladándose a Bogotá, donde nacería su primer hijo, Wenceslao.

Josefa se encarga de la desocupación de Barinas, conduciendo toda la caravana hasta su destino, si bien en la travesía murió su madre ahogada.

Embarazada, ante la masacre de Ocumare del Tuy, se traslada a Bogotá en donde permanece hasta la batalla de Boyacá en 1819, cuyo triunfo le permite el regreso y reunirse con su esposo.

En 1820, su tío Mariano le encarga detener la insurrección de Paraguaná, que logra reducir, disponiendo para ello de armas y derrotando en Baraived al jefe realista Chepito González, logrando la incorporación de la provincia de Coro a la independencia nacional el 3 de mayo de 1821 y preparando la llegada de las tropas del General Rafael Urdaneta.

Regresó a Barinas donde estaba su hija y su esposo que ya muy enfermo falleció.

Aunque la historiografía ha recogido la participación de algunas mujeres que tomaron las armas, a medida que avanza la investigación histórica con enfoque de género, hay testimonios y cartas que demuestran que las mujeres participaron en política, colaborando en actividades conspirativas, organizando reuniones, actuando como correos y en acciones bélicas.

En el análisis de la participación de las mujeres en la independía de Venezuela, debe considerarse la heterogeneidad predominante en países latinoamericanos en los que la configuración de la ciudadanía se ha estructurado sobre las diferencias de género, de etnia, división sexual del trabajo y sobre la distribución desigual y el control de los recursos de poder.

Las mujeres que firmaron el escrito, además de Josefa, fueron, entre otras, Nicolasa Briceño, María Miyares y Concepción Villafañe. Todas estaban al corriente de los hechos políticos y de las acciones militares.

Que noticiosas de la invasión que intentan los guayaneses en el punto de S. Fernando, y de que ha sido forzoso dirigir toda la fuerza que había de guarnición en esta plaza a aquel apostadero

Expresaron su descontento con el hecho de que «no se haya contado con ellas para proteger su seguridad».

Advirtiendo que la flaqueza es algo que se atribuye al sexo definido como débil, afirmaron:

«El sexo femenino, señor, no teme los horrores de la guerra: el estallido del cañón no hará más que alentarle, su fuego encenderá el deseo de su libertad, que sostendrá a toda costa en obsequio del suelo patrio.»

Es el conocimiento de lo que estaba sucediendo lo que las lleva a querer participar y a solicitar que se las destine a donde le pareciere al Gobernador conveniente. En su respuesta del Gobernador dijo ver con agrado que se guiaran por el sentimiento y no por el conocimiento.

«Dénsele al ‘bello sexo’ las más expresivas gracias, insinuándoseles el agrado con que el gobierno ve sus sentimientos nacidos de un verdadero amor a la patria, a cuyo servicio se destinará con oportunidad, ocupándosele de los negocios que se considere más útil.»

El escrito fue publicado en la prensa con el comentario referente a que por ser «dignas esposas, madres y amantes de los venezolanos de Barinas, no podían ser indiferentes a la suerte de su país».

«No puede concebirse que actúen por sí mismas, porque su seguridad está en peligro, porque individualmente se consideran capaces de hacerlo. Hasta en el sacrificio se asume que la mujer lo ofrece por otro y que está obligada a él, por la condición que resulta de su relación con algún hombre.»

Reconocimientos:

El 8 de marzo de 2002, Día Internacional de la Mujer, el presidente de la República, realizó la ceremonia de incorporación simbólica de la heroína Josefa Camejo al Panteón Nacional.

El aeropuerto internacional de Falcón, Estado en el que nació Josefa Camejo, lleva su nombre Aeropuerto Internacional Josefa Camejo

En Coro, el monumento a la Federación Venezolana en la parte central del monumento destaca la escultura que representa a la heroína falconiana Josefa Camejo.



Josefa Camejo - Incluida en el Cono Monetario Venezolano (2018)

·         Mariano de Talavera y Garcés:

Nació el 22 de septiembre de 1777, en Santa Ana de Coro, Edo. Falcón. Hijo de Andrés de Talavera Pérez y de Josefa Garcés de la Colina.

Estudió en la Real y Pontificia Universidad de Caracas; luego el 8 de diciembre de 1797 obtuvo el grado de Maestro en Teología; y tres años más tarde el doctorado en Teología.



Estuvo en el curato y vicaría de Barinas y posteriormente recibió orden de trasladarse a Mérida como secretario del cuarto obispo de aquella diócesis. Redactó la primera Constitución Federal y firmó el decreto de erección del Colegio Real de San Buenaventura en Universidad y juramentar como Rector vitalicio de la misma al obispo Santiago Hernández Milanés. Tras la pérdida de la Primera República, trató de refugiarse en Nueva Granada, Colombia pero allí fue arrestado por los realistas y enviado a las bóvedas de la Guaira, Edo. Vargas, donde permaneció hasta 1815, cuando fue favorecido por un indulto del oficial español Pablo Morillo. Luego viajó a Coro y allá se residenció varios años. Cuando los patriotas ocuparon Maracaibo, Edo. Zulia, aprovechó una imprenta y editó el semanario “El Correo Nacional”, primer periódico zuliano (1821-1822) y el “Concordia del Zulia”. En 1823 viajó a Bogotá, Colombia como diputado al Congreso de la Gran Colombia en representación de la Provincia de Coro y al siguiente año, el General Francisco de Paula Santander, vicepresidente encargado de la Presidencia de la República, lo propuso para la vacante de la Catedral de Bogotá. En 1827 presidió la Cámara de Diputados y ese mismo año, el Congreso de Colombia lo postuló ante el Vaticano para ocupar la vacante episcopal de Guayana, pero el Papa León XII, en diciembre de 1828, lo preconizó sólo Obispo de Trícala (como obispo, el título es honorífico) y Vicario Apostólico de Guayana. Se posesionó de la Diócesis de Guayana el 8 de marzo de 1830. Luego el episcopado venezolano se negó a jurar la nueva Constitución (1830), por lo que fueron expulsados del territorio nacional los prelados Ramón Ignacio Méndez, de Caracas; Buenaventura Arias, de Mérida y él. Superadas las divergencias el epizcopado retornó a Venezuela en 1832, a Caracas. Después regresó a Angostura, Edo. Bolívar, y fue recibido por el gobernador Ramón Contasti, respaldado por Tomás de Heres, comandante de Armas y héroe de la independencia. Es oportuno aclarar que Guayana en ese momento estaba dividida en dos bandos políticos: los liberales (Filántropos), dirigidos por Juan Bautista Dalla Costa, y los conservadores (Antropófagos), liderados por el General Tomás de Heres. Cuando Tomás de Heres fue asesinado el 9 de abril de 1842 de un disparo, Monseñor de Talavera estaba de visita, y el cuerpo herido del General cayó en sus brazos. Posteriormente renunció al cargo que ejercía en Angostura y ya aceptada su renuncia, se fue a vivir a Caracas en 1842. Posteriormente apoyó un movimiento que ya se había puesto de manifiesto con la llegada de Rafael Urdaneta y José Laurencio Silva, dirigido a sustituir el nombre de Angostura por el de Ciudad Bolívar, Edo. Bolívar, en homenaje al Libertador Simón Bolívar, cuyos restos iban a ser trasladados ese año de Santa Marta, Colombia a Caracas.

Con la llegada al poder del General Carlos Soublette a la presidencia de la República, Monseñor de Talavera, por decisión del Congreso Nacional, hoy Asamblea Nacional, pasó a formar parte del Consejo de Estado. En 1855 fundó el semanario “Crónica Eclesiástica”.

Monseñor Mariano Talavera y Garcés falleció en Caracas, el 23 de diciembre de 1861.

·         Don Martin Manaure o Diao Manaure:

El Cacique Manaure era un patriarca y potente jefe del Occidente venezolano, de sabia administración para la prosperidad de sus regiones. Este cacique jamás empeñó palabra que no cumpliera y era considerado un hombre pacífico y negociante que apreciaba la paz como sistema de vida.



Manaure fue jefe de la nación caquetía o caiquetía, la cual estaba ubicada en la zona que hoy ocupa el estado Falcón.

Manaure tuvo una hija Judibana, que se casó con el cacique Hurehurebo de Paraguaná, que al igual que el Cacique Manaure fue bautizado el 26 de julio de 1527, Día de Santa Ana de Coro.

·         Juan Garcés:

Ilustre paladín de la guerra de la independencia y hombre de brillante y oportuna actuación en el movimiento emancipador de Coro. Nació en Pueblo Nuevo el 06 de mayo de 1799, siendo sus padres Don Enrique Garcés y Doña María Josefa Manzano.



            Llego al rango de Coronel, lucho junto a Falcón cayendo el 16 de julio de 1854.

·         Coronel: Segundo Primera:

Fue de los factores decisivos del triunfo insurreccional de 1821, al sumarse a la revolución. Militar honesto, generoso, valiente de firmes convicciones, constitucionalista a carta cabal. Lucho contra los reformistas de 1835 y el más distinguido de los combatientes en Naguanagua donde fue ascendido a coronel.

Fue desterrado por los Monagas a la isla de Aruba, donde “anciano y pobre murió olvidado por todos”.

·         General: José del Rosario González:

Nació en el Hato de Urupaguaducto en Pueblo Nuevo el 19 de marzo de 1798. Toda su juventud la trabajo en el Hato de Aguaque de los padres de Josefa Camejo donde cariñosamente le decían Chayo González. Se unió a las filas de “La Camejo” batallando en innumerables batallas, para el 15 de septiembre de 1821 llega al grado de Sargento y el 07 de marzo de 1824 a Teniente; las insignias de mando de Comandante, de una Compañía de Escuadrón de Dragones hasta 1827, que recibe en Caracas “Letras de Retiro” con las cuales regresa a Paraguana.

Fue miembro del Consejo de Estado creado por el General Falcón el 24 de junio de 1863; el 21 de septiembre nombrado Ministro de Guerra y Marina Interino, ratificado titular el 17 de marzo de 1864; en abril es nombrado Segundo Designado, y calificado con los Generales Juan Antonio Sotillo y José Desiderio Frías “Fieles Soldados de la Democracia” y el 3 de mayo de 1864 por ausencia del General: Falcón y del Primer Designado, es llamado el General González para desempeñarse como presidente de la Republica.


Posterior a cumplir con esta misión y fuertemente enfermo regresa a Coro con su esposa Doña Eusebia Bracho de González muriendo el 23 de agosto de 1864.

·         Comandante: José Francisco Petit:

Fue el militar que el 3 de mayo de 1821, cuando la Camejo se dirigía a Pueblo Nuevo a comprometer a Segundo Primera con el movimiento revolucionario, se presentó con un grupo de doscientos milicianos a respaldar la acción de la Heroica Camejo. Anteriormente había militado en las Tropas Realistas comandadas por Manuel Carrera y Colina. Desde 1821 fue republicano, alcanzando el grado de Comandante y cuando estaba listo para su ascenso a Coronel fue asesinado en el camino tendido entre su hato y Pueblo Nuevo.

·         Tirso Salaverria:

Nace en Coro (Edo. Falcón) en 1821 y Muere en Coro (Edo. Falcón) en 15.7.1901

Militar que con el grado de teniente coronel participó en el Comité Revolucionario que el domingo 20 de febrero dio el grito de «Federación» en la ciudad de Coro, iniciándose de esta manera la Guerra de los Cinco Años o Guerra Federal.

Diputado por Coro ante la Asamblea Nacional de 1863, figuró entre los firmantes de la Constitución de 1864, año en que el mariscal Falcón, presidente de la República, decretó concederle una espada de honor por los servicios prestados a la causa de la «Federación». En cuanto a su actuación luego de este reconocimiento, tenemos que se desconoce por lo menos hasta julio de 1884, fecha en que fue designado primer comandante del resguardo de La Vela (Edo. Falcón).

·         Antonio Maceo:

“Nació el 14 de julio de 1845.” “Murió el 7 de diciembre de 1896.”El General Antonio Maceo y Grajales (Santiago de Cuba, 14 de junio de 1845 - Punta Brava, 7 de diciembre de 1896) fue el segundo Jefe Militar del Ejército Libertador de Cuba. Conocido como «El Titán de Bronce», Maceo fue uno de los líderes independentistas más destacados de la segunda mitad del siglo XIX en América Latina.

 FUENTES:

https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Cris%C3%B3stomo_Falc%C3%B3n

https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Leonardo_Chirino

https://es.wikipedia.org/wiki/Josefa_Camejo

http://venezuelaehistoria.blogspot.com/2016/12/mariano-de-talavera-y-garces.html

BEAUJÓN, Oscar. (1982) HISTORIA DEL ESTADO FALCÓN, Caracas, Ediciones de la Presidencia de la República. Pág. 163 - 168. 1ra Edición


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